viernes, 30 de septiembre de 2011

Cuentos espontáneos. 4

Había una vez una niña con una caperuza roja que iba a casa de su abuela. Pero en el camino se topó con un lobo que quería robar su canasta. Entonces caperucita salió corriendo y se escondió en una casa hecha de paja. El lobo la siguió y le dijo: "sal de ahí, o soplaré, soplaré y esa casa derribaré", y sopló y sopló y derribó la casa. Caperucita asustada salió por la puerta trasera y se escondió en otra casa, pero ésta estaba hecha de madera. El lobo nuevamente sopló y sopló y derribó también esta casa. Caperucita siguió corriendo hasta que se encontró con una casa hecha de ladrillos a la que decidió entrar. En ella había una mesa muy larga, sobre la cual había tres tazones de sopa que Caperucita decidió probar. El primero estaba muy caliente, el segundo muy frío y el tercero estaba perfecto para ella, por lo que se lo tomó todo. Luego de tomar toda la sopa, Caperucita quedó somnolienta y decidió tomar una siesta. En la habitación de la casa había tres camas, la primera demasiado dura, la segunda demasiado blanda y la tercera le resultó tan placentera que se quedó dormida inmediatamente. Al despertar, estaba rodeada por siete pequeños hombrecitos, que la estaban observando. Caperucita se levantó de un salto y les preguntó si esa era su casa. Uno de los siete hombrecitos le respondió que no, que allí vivía una familia de osos y que ellos vieron la puerta abierta y decidieron entrar para advertir a quien estuviera dentro, porque previamente una niña de rizos dorados como oro había hecho lo mismo que Caperucita y la familia de osos estaba muy furiosa. Justo en ese momento el lobo derriba la puerta de la casa y Caperucita asustada le pide ayuda a los enanos, los cuales le dicen que salga por la ventana, mientras ellos entretendrían al lobo. Caperucita hizo lo que le dijeron y salió por la ventana, siguió corriendo un buen rato hasta que se encontró con una torre muy, muy alta con una sola y única ventana en la parte más alta donde se veía a una chica peinándose. Caperucita le gritó: ¡"ayuda"!! y la chica le respondió:- "ten, sostente de mi largo cabello para subir" y largó por la ventana una trenza tan larga que logró llegar hasta el suelo, y que Caperucita uso para subir hasta la habitación donde esa chica estaba encerrada. Caperucita le contó lo sucedido y la chica, que se presentó como Rapuncel, le dijo que si quería podía esconderse en un ropero que ella tenia en su habitación, y que allí el lobo no la encontraría. Entonces Caperucita entró en el ropero y trató de irse a la parte de atrás del mismo, pero de repente se encontró en un bosque lleno de nieve donde un león parlante le dijo que necesitaba su ayuda para combatir contra la malvada Reina de Corazones y así poder liberar su tierra del invierno eterno. Caperucita acepta ayudarlo pero le dice que no tiene ningún arma para combatir, a lo que el león le responde que en un pueblo cercano, en el centro de una plazoleta encontrará una espada con la cual podrá combatir junto a él, pero Caperucita le dijo que no sabía como llegar hasta el pueblo, a lo que el león respondió:- "solo sigue el camino amarillo". Así fue como Caperucita se encaminó hacia el pueblo en busca de la espada con la cual combatiría junto al león. En su camino hacia el pueblo encontró un campo de maíz. De repente, escucha una voz que le pide ayuda. Caperucita, sorprendida, se puso a buscar de donde provenía esa voz, pero lo único que veía era a un pobre espantapájaros. Nuevamente escucha el mismo llamado, y se percata de que proviene del espantapájaros. Se acerca a él y le dice:- "¿tu me hablaste?" a lo que el espantapájaros responde "si, necesito tu ayuda, quiero bajarme de aquí". Caperucita decide ayudarlo y baja al espantapájaros que, agradecido, decide acompañarla . Luego de este encuentro, Caperucita tiene otros dos encuentros similares al primero. Finalmente llega al pueblo acompañada de un espantapájaros sin cerebro, un robot sin corazón y un león sin valentía. Rápidamente los cuatro buscan la plazoleta y al encontrarla, ven la espada, de la cual el león le había hablado, clavada en una piedra. Pero del otro lado de la plazoleta los guardias de la Reina de Corazones la estaban esperando para capturarla. Sin pensarlo, los cuatro huyen de allí sin oportunidad de tomar la espada. El robot les dice que un buen lugar en el cual refugiarse sería el castillo que se encontraba cercano al pueblo. Al llegar al castillo, perseguidos por ya todo un ejército de soldados de la Reina de Corazones, traban las puertas y buscan un escondite. Pero antes de encontrarlo, los soldados derriban las puertas y atrapan a los tres acompañantes de Caperucita, la cual corre desesperada hacia la parte superior del castillo y se encierra en una habitación, donde se pone a llorar sin saber que hacer. De repente escucha la voz de una señora que le dice:- “no llores, todo estará bien”. Caperucita ya sin saber que esperar piensa que la voz proviene de un guardarropa que allí estaba y le dice “es que ya no se que hacer, no tengo lugar al cual escapar”, a lo que el guardarropa le responde “golpea tus talones tres veces y di no hay lugar como el hogar”. Caperucita hace caso y con los ojos cerrados golpea sus talones tres veces diciendo “no hay lugar como el hogar, no hay lugar como el hogar, no hay lugar como el hogar” y al abrir los ojos se encuentra recostada en el suelo y con niño que la mira fijo y le dice “por fin despertaste”. Caperucita le pregunta donde se encuentra a lo que el niño responde “estás en la tierra del nunca jamás”. Caperucita afligida le dice que lo único que quiere es volver a su casa y el niño le cuenta que lo único que debe hacer es irse volando y que para lograrlo lo único que necesita es fe, valor y polvo de hadas. Así es como con la ayuda de ese niño y el hada acompañante, Caperucita vuela hasta llegar nuevamente a su casa donde la madre la esperaba dormida en una silla junto a una ventana abierta.

FIN

(by Nach)

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